Mariano era, sobre todo, una buena persona, un excelente marido y padre, un verdadero caballero, muy amigo de sus amigos, sin enemigos, conciliador, un trabajador incansable, positivo, innovador y ferviente entusiasta del futuro. Contaba, en definitiva, con el perfil claro de un líder, de espíritu crítico, colaborador, participativo, pro-activo en todos los ámbitos profesionales, sociales y personales.
Nuestro club rotario tuvo el privilegio de contar con él como socio y amigo, y este triste y todavía poco creíble acontecimiento nos ha dejado a todos consternados y rotos. Sentimos su gran pérdida, el dolor profundo de su familia y el vacío irreemplazable que va a dejar en todos los grupos sociales en los que colaboraba aportando, con su buen hacer y con su capacidad para contribuir y siempre sumar. Mariano, amigo, no te olvidaremos, será difícil vivir sin tus correos, sin tu sentido del humor y sin tu hoja de Excel en la que, tristemente, a tu edad, quedaban tareas pendientes. Descansa en paz, querido amigo. Ha sido todo un placer y un privilegio contar con tu amistad y con tu ejemplo y nos comprometemos, desde aquí, a mantener todo lo que tu iniciaste o pusiste en marcha para mejorar la dinámica del grupo y la gestión de un club solidario, como es rotary.
Pilar