LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO………..

( Crónica de un día de solidaridad rotaria en la villa de Petra )

El pasado día 26 de Mayo, el Rotary Club Palma Junípero Serra, se desplazó a la villa de Petra para rendir homenaje póstumo a un gran hombre, Jaume Ribot i Amengual, y hacer entrega a su hermana, Beatriu, de la distinción Paul Harrys Fellow, así cómo de un donativo a favor de la Fundación Jaume Ribot i Amengual, que la Junta Directiva de nuestro Club así lo había acordado, y que en su nombre, hizo efectiva su actual Vicepresidente, Pep Ferrer.

Jaume Ribot, había sido la primera persona que nos había descubierto quien era Fray Junípero Serra, nuestro ilustre mentor, y qué significaba para Petra el haber tenido el honor de ver nacer, a tan ilustre personaje de ámbito mundial.

 Solicitamos colaboración a la Coral Rotaria, asociación constituida por rotarios y sus cónyuges, de todos los clubes rotarios de Mallorca, y excepcional embajadora del espíritu rotario mallorquín. Su lenguaje, la música, y su vocación, la amistad y la solidaridad entre todos los pueblos del mundo.

 La respuesta, unánime y entusiasta, tanto por parte de su Presidenta, Marisé, como la de su Director Miguel Massot, auguraba un éxito total del proyecto.

 Se había consensuado con la Directora de la Coral Fra Junìper Serra de Petra, el actuar de forma sucesiva y posteriormente conjunta, y poder, de esta forma, dar el máximo realce posible al acto.

 Dicho evento se realizó en el Convent de Sant Bernardì, a las diez horas, mediante la celebración de una misa en el transcurso de la cual, cantaron ambas corales, con un ramillete de excepcionales interpretaciones, y posteriormente con la interpretación conjunta de un magistral Sanctus de Schubert, que puso el broche de oro al evento.

 Posteriormente, la Coral Rotaria en la persona de su Presidenta, hizo entrega, a la coral Fra Junìper Serra, de una placa  en recuerdo de este “hermanamiento” de ambas Corales.

 Acto seguido, se realizó la entrega del premio Paul Harris Fellow, “in memoriam” de D. Jaume Ribot i Amengual, que recibió su hermana Beatriu, y que agradeció la distinción y el donativo con unas emocionadas palabras.

 Posteriormente visitamos el Museo del Padre Serra y la sede de la Fundación Jaume Ribot i Amengual, Ca Na Mía,  que ocasionalmente albergaba una exposición conmemorativa de los XXV años del Colegio Público Junìper Serra. Magnífica muestra de lo que eran las escuelas en los años 50.

 Mas tarde, reunidos en un “dinar de germanor” en la ermita de Nuestra Sra. de Bonany, pudimos sentir el calor y el cariño con el que nuestros anfitriones, la familia de Jaume Ribot, sus amigos, entre ellos Catalina Gibert, y los miembros de la coral Fra Junìper Serra, deseaban corresponder a nuestra visita.

 La comida, excepcional, el marco, incomparable, y el ambiente, inmejorable. Todos participamos en la preparación de la comida, sobre todo saboreándola, aunque el mérito de la organización y las muestras de afecto por parte de nuestros “ya amigos petrers “ se llevaron la palma.

 No acabó todo aquí, nos quedaba el “fí  de festa”, como en las representaciones de las compañías de teatro mallorquín de antaño. El Padre Guillermo, franciscano, virtuoso de la “flauta travesera” y el no menos virtuoso Bernat Feliu con su acordeón, hicieron las delicias del respetable. Clavelitos, el Concierto de Aranjuez, La Paloma, Patria, otra vez el Sanctus de Schubert, etc….fueron, unas veces interpretadas  por los miembros de ambas  corales y en otras por todos los asistentes.

 Todo ello, por arte de magia, nos trasladó a otro mundo, este que siempre deseamos alcanzar, de sosiego y paz, rodeados de amigos de los de antes y de “nuevos amigos” que acabábamos de descubrir.  Nadie miraba el reloj…..

 Al final, todos juntos en perfecta comunión de solidaridad y amistad, acudimos al interior de la ermita, donde el padre Prior de la comunidad franciscana nos instó a cantar una Salve, y que acompañados por parte de Bernat Feliu y su acordeón, cantamos todos.  Esta interpretación unánime, a más de uno, nos trasladó a nuestras épocas colegiales.

 Tras ello, nos despedimos de nuestros excepcionales anfitriones, con esta satisfacción de haber vivido una excelente jornada, y pensando que el Lunes siguiente, sería menos Lunes.

 Más allá de las montañas, donde el cielo se confunde con el horizonte, se me antoja que Jaume Ribot nos sonreía complacido, su semilla sembrada hace más de tres años en nosotros, continuaba floreciendo…….

 Gracias “ amigos petrers “, gracias amigos rotarios, por haberlo hecho posible.

 Pancho Rosés.