Crónica de la visita del Rotary Club Heidelberg-Neckar a Palma

Sol, vino y un poco de agua

8 y 9 de octubre de 2010

Amistad, diversión y actuaciones solidarias conjuntos han sido los temas destacados de la visita del Rotary Club Heidelberg Neckar a Palma el fin de semana del 8 al 9 de octubre. Organizó el viaje Henning Kalkmann, presidente del club hermano, y frecuente invitado a las comidas en Palma.

La parte oficial comenzó el viernes con una cena en el Restaurante Ópera, del cual es socio Antonio Vázquez. Empezó a las ocho de la tarde, que es una primera lección intercultural. Esta hora pareció muy temprana a muchos españoles recién levantados de la comida, y muy tarde a muchos alemanes hambrientos. ¿Es un buen compromiso cuando sufren todos? Al final no tuvo mucha importancia: En la planta baja se saludaron mallorquines, mallorquines adoptados y alemanes, algunos en alemán, muchos en español, pocos en inglés, todos con mucho cariño. Animó el ambiente un buen cava y un jamón ibérico como dios manda. La cena fue regada por vinos elegidos por José Antonio, que tuvieron especial éxito con los amigos alemanes.

Acto seguido se procedió a comer el primer plato en el sótano, en plan tapeo, fiel reflejo de la etiqueta informal: sin corbatas, sin collares. Xisco García de la Rosa saludó a los amigos alemanes con palabras calurosos, respondiendo su homólogo heidelbergensis con un breve discurso en español. Se intercambiaron regalos: De Heidelberg trajeron una pequeña guía de su ciudad, redactado por Verena, la directora de la oficina de turismo, socio del club. Xisco Presi entregó un siurell de plata, símbolo de Mallorca (aunque no se sepa con exactitud de sus orígenes).  Después del plato principal, con los postres, Pancho (en persona de Miguel Traductor) hizo una presentación del proyecto del Cortecito, en el cual el club alemán participa en la actualidad con una aportación de 6.000 euros, pagando así el sueldo de un profesor durante un año o dos. Toni Salas añadió unas observaciones muy personales, de las cuales destaca el hecho de que con la ayuda de cuatro Rotary Clubs en total la escuelita ha pasado de una cosa miserable, con 20 alumnos y un profesor que se dedicó más bien a un negocio de papeleria a una escuela en condiciones con cuatro profesores y 200 alumnos. Ahora la labor consiste en dar continuidad a “nuestro” proyecto.

El colmo artístico lo puso un guitarrista, profesor del conservatorio de Zurich, amigo del jefe del restaurante y de vacaciones en Mallorca. Tocó dos piezas de guitarra clásica, y con sus canciones (Cucurrucú, O sole mio y Granada), al final cantaron todos, puso la brocha de oro de la velada.

El sábado de dividió el grupo en tres. Los niños fueron con sus padres y Ursula y Lina al acuario en la Playa de Palma. La visita fue memorable, porque el acuario es bonito e interesante, pero más por una anécdota. En el acuario hay una piscina abierto con muchos peces del Mediterráneo. Ursula, siempre curiosa, quiso meter la mano a tocar los animales; no se dejó impedir por la existencia de rayas. Apenas metido el dedo en el agua lo chupa una lubina, pensando que era hora de comida. Asustada, Ursula sacó el dedo rápido. Con la lubina, que se fue volando al suelo. Gritó Julia “¡un tiburón!”, gritaron más niños, sobre todo gritó Ursula. No gritó la lubina, que según Lina puso una cara de susto igual a la de Ursula. El resto de la visita fue más normal, digamos.

Los que quedaron para jugar al golf llegaron superpuntuales a las ocho y media de la mañana en el campo. Lamentablemente, llegaron los alemanes y los mallorquines a dos campos distintos, lo que hizo difícil jugar juntos. A través de Miguel Traductor se enteraron del percance los amigos alemanes y se fueron pitando de Son Gual a Puntiró. Allí ya les esperaba un caddy y, al final, consiguieron pasar un día estupendo con los palos. Gracias a Eduardo por la organización.

El grupo más numeroso de los amigos hizo una excursión a Valldemossa. Toni, director del centro cultural Costa Nord, situ en el centro del pueblo, (y esposo de Dolça) organizó una guía que habla alemán. Con ella visitaron 12 alemanes Costa Nord, la Cartuja e hicieron un recorrido por el pueblo más alto (425 metros sobre el mar) de Mallorca, acompañado por un servidor. Cabe destacar que Frank y Susanne, dos amigos que visitaron Mallorca por primera vez, se quedaron totalmente sorprendidos por la belleza de Mallorca, y de lo variable que es la oferta: cultura, montaña, ciudad, playa … y mucho más.

Después de un merecido descanso por la tarde, fueron todos juntos a visitar las bodegas de Macià Batle en Santa Maria. Gracias a las buenas relaciones de José Antonio abrieron puertas fuera de horario. Nos enseño la bodega Ramón Servalls i Batle, director de la misma, quinta generación y muy conocido por su paso en la directiva del Real Mallorca. Ramón explicó que apuestan por uvas autóctonas, como el mantonegro para vino tinto y el prensal para vino blanco, para obtener unos vinos que solamente pueden salir de Mallorca, y de ninguna otra parte. (Un Syrah o un Cabernet, aunque bueno, se puede hacer también en Australia o Francia.) La bodega no impresiona por ser la más grande de Mallorca (de ella sale la cuarta parte de toda la producción de vinos de Mallorca), sino por su arte. Cada año, un artista relacionado con Mallorca diseña las etiquetas de las botellas, y los originales están expuestos en la bodega.

La visita culminó en una cena, frito de marisco, frito de porcella, y porcella, y de postre cardenal. En fin, más mallorquín, imposible. Con esto terminó la parte oficial de la visita, con el firme propósito de seguir profundizando la amistad transfronteriza. Henning propuso visitar una escuela de idiomas juntos.

Reflexión bicultural: Es impresionante como ayuda una buena comida, un buen vino y el sol de Mallorca para entenderse mejor.

Anécdota bicultural, ya para terminar: No es necesario hablar idiomas distintos para que haya malentendidos. Gabi, esposa de Uli, de orígen azteca, al finalizar la cena en la bodega, propuso seguir con la fiesta y “desempolvarse”, para mayor asombro de Ramón Servalls, que estaba escuchando incrédulo. El abajo firmante indicó que en España esto se entiende de una manera muy distinta.

Miguel Blum

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